Historia

Desde su fundación en 1948, Puig Doria es una de las firmas de joyería más prestigiosas de nuestro país.
Muy a pesar de los designios de Isidro Puig Boada, arquitecto de renombre de la época y colaborador de Gaudí, su hijo José María Puig Doria decidió abrir un primer taller de joyería en la calle Provenza.
Su creatividad le llevó a aunar las formas geométricas y arquitectónicas, tan presentes en su entorno y formación, con otras influencias tales como el Art Déco, el japonismo o corrientes más contemporáneas.

Historia

Desde su fundación en 1948, Puig Doria es una de las firmas de joyería más prestigiosas de nuestro país.
Muy a pesar de los designios de Isidro Puig Boada, arquitecto de renombre de la época y colaborador de Gaudí, su hijo José María Puig Doria decidió abrir un primer taller de joyería en la calle Provenza.
Su creatividad le llevó a aunar las formas geométricas y arquitectónicas, tan presentes en su entorno y formación, con otras influencias tales como el Art Déco, el japonismo o corrientes más contemporáneas.
En 1969 creó la primera línea de plata en joyería y fue el impulsor de este nuevo concepto en España. Desde entonces, han aparecido diseños de este metal en sus colecciones, siendo sólo el primero de una serie de nuevos materiales convertidos en ideales para la joyería, descubriendo en el camino otros como el coco, el titanio, el ébano e incluso la cáscara de huevo, con la que recreaba los mosaicos de Gaudí.
A partir de ese momento, se prolongaron diferentes exposiciones en Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, Osaka, Nogoya, a la vez que la saga familiar obtenía numerosos premios, que avalaban su prestigio: entre éstos, brilla el “International Diamonds Award”, logrando ser el primer español en conseguir tan prestigioso premio; mientras que por sus diseños con perlas se alzó con el “International Pearl Design Contest”, de Tokio en dos ocasiones consecutivas.
En 1969 creó la primera línea de plata en joyería y fue el impulsor de este nuevo concepto en España. Desde entonces, han aparecido diseños de este metal en sus colecciones, siendo sólo el primero de una serie de nuevos materiales convertidos en ideales para la joyería, descubriendo en el camino otros como el coco, el titanio, el ébano e incluso la cáscara de huevo, con la que recreaba los mosaicos de Gaudí.
A partir de ese momento, se prolongaron diferentes exposiciones en Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, Osaka, Nogoya, a la vez que la saga familiar obtenía numerosos premios, que avalaban su prestigio: entre éstos, brilla el “International Diamonds Award”, logrando ser el primer español en conseguir tan prestigioso premio; mientras que por sus diseños con perlas se alzó con el “International Pearl Design Contest”, de Tokio en dos ocasiones consecutivas.
Puig Doria se ha caracterizado por aunar lo precioso y lo trivial, lo natural y lo industrial, lo exquisito y lo mundano, estableciendo así una nueva forma de expresión del lujo, al sellar una elegancia discreta acorde a los tiempos actuales.
La sofisticación y la elegancia son la marca de Puig Doria, en una nueva etapa en la que, a través de originales diseños, armonizan elementos tan dispares como el titanio, brillantes de color o piedras diversas. Sólo así esta firma sigue consiguiendo piezas muy exclusivas y únicas combinadas con oro, en una vuelta al romanticismo y en una sensualidad sutil, que no olvida en última instancia la sobriedad.
Puig Doria crea piezas exclusivas y tras la incorporación de una nueva generación, Cristina y Beth Puig Doria junto con José María Puig Doria (hijo), siguen diseñando colecciones que marcan tendencia en la alta joyería.